martes, 26 de octubre de 2010

De marcas, comebacks y fracasos

Es claro que me gusta hablar de marcas, cómo nacen, crecen, se reproducen y vuelven a reproducirse. Y es que es así, tengo semanas si no es que meses pensando que los comebacks en moda, ya me dan risa. La marca es, y será, siempre y cuando tenga una base sólida, siempre y cuando cumpla con ciertos requisitos objetivos, siempre que exista ese otro que le dé el valor que representa.

Hoy día la gestión de una marca es un ejercicio tremendo para la inteligencia, porque hoy en día no estamos vendiendo productos, no estamos comprando la necesidad, compramos historias, mitos, cuentos y payasadas, compramos emociones y códigos que nos den sentido de distinción.

Un 2.55 no es un bolso alcolchado, como tampoco un Birkin es un bolso gigante de piel, Trinity no es una sortija, y una mochila de nylon, no es una simple y corriente mochila de nylon si tiene un triángulo al frente.

En fin que me puedo pasar horas con esto, y como todavía no termino de encontrar todas las aristas para resolver el puzzle, solo puedo decir que hay marcas que han sabido, relanzarse en un mercado cada vez más demandante y han consolidado una estrategia de marca firme, fuerte, fantástica.



Converse y Ray Ban son dos marcas que tienen años trabajando el cambio, son años enteros dedicados a una estrategia y plan global. Dos marcas que me encantan, que tienen un pasado, un presente y futuro. Marcas que están en la mente de los consumidores, y que supieron cuál era el justo momento de adaptarse hacia nuevas generaciones, o mejor dicho, cambiar como el mundo lo estaba haciendo.


Es por eso que hoy día, un Converse no es una zapatilla cualquiera más, es una declaración de intenciones.

Recuerdo que de niño llegué a tener unas de estas, pero sus códigos eran completamente distintos, es decir, no puedes decir en 1990 que eres lo más con tus Chuck Taylor cuando a tu alrededor solo pueden pensar en Air Jordan de Nike. Aún así las recuerdo y nunca tuve unas Air Jordan, por fortuna. Nunca he dejado de tener unas Converse, me he pateado ciudades enteras, las he llevado a punto de romperse y no puedo tirarlas. Son Clásicas.


En fin que estos son los dos casos de éxito de los comeback de producto olvidado pero que gestionando adecuadamente los códigos pueden volver y sacar lo mejor de si mismos. Converse con vinculación a la música, arte y creatividad. Ray Ban no son unas gafas.... son Ray Ban, hay mito, han sido inmortalizadas en el cine, es Top Gun, es Bob Dylan, es La Hepburn, es: Never Hide, claim que mantiene la marca desde que recuerdo el inicio del relanzamiento global por ahi de 2004, si no es que antes.


Que estoy dando vueltas por que valdría la pena detenerse, es como cuando Gucci se salvó de la ruina, como cuando todo mundo voltéo a Londres para ver resurgir un Burberry a punto de morir.

Que pueda darse un comeback y que éste, sea de éxito no es fórmula de un día, como tampoco de dos campañas de publicidad y dos acciones y ya está. Pregunten a Carrera, que pensó que con meterse en el video de Lady Gaga ya estaba todo hecho.

Primero no es lo mismo gestionar deportes a moda, y segundo que la sobrexposición mediática puede ser un arma de doble filo y el producto acabe "quemado" en un abrir y cerrar de ojos, que sí, deje a la marca ingresos estratosféricos, una sola vez.


Pero y, ¿despúes?, Rayban y Converse son marcas que están seguramente en el inconsciente colectivo, y me estoy aventurando al decirlo, porque ni las pongo al nivel de Coca Cola, pero tampoco las coloco junto al pasado, al presente y menos el futuro incierto que veo yo en Carrera.


Que son feas además. Y aqui si soy malo. Porque qué es ese claim de ¿Shine on?, la página es un desastre, la campaña con esa saturación de rojos y amarillos, los videos son terribles, y es que no terminan de entender que por poner una fecha de nacimiento que pase los 30 años, y mencionar su origen como gafas de carreras, no tiene por qué conectar con el sector, y el público al que intentan seducir. Es que el consumidor de Carrera no lo tengo claro, lo veo pero no lo comprendo, que representa el producto en sí mismo, no sé, porque para quien ya se haya liado en este tema, estamos hablando de todo menos de unas gafas de sol producidas en serie.

Investigando estamos el Caso Converse y Ray Ban, que de verdad, las dos construyeron un modelo muy parecido, y actualmente gozan de éxito, conectan muy bien con el mismo público y al final del día no son competencia sino marcas complementarias. Un lujo.

Larga vida, por lo que representan, por todo lo que han hecho y harán para nuevos consumidores, un trozo del imaginario.

sábado, 23 de octubre de 2010

Guy Bourdin en Madrid


Soy fanático de las exposiciones fotográficas, tienen algo que me encantan, materialidad, ojo, técnica y universos creados. La foto no perece, y marca el ritmo de lo actual, registra lo que fue y nos permite revisarlo a distancia. Aunque también la fotografía puede adelantar estilos, marcar una tendencia de visualidades o formas de representación, y eso es lo que la hace fabulosa, frente al arte.



Como no me lio, lo dicho ya en varios medios, se presenta una exposición Guy Bourdin en Madrid, citando:

"La Comunidad presenta en su Sala Canal de Isabel II la primera exposición del trabajo de uno de los más destacados renovadores de la fotografía de moda del siglo XX, Guy Bourdin (1928- 1991). Con el título de A message for you, y comisariada por la historiadora Shelly Verthime, la muestra analiza a través de 75 fotografías en color y una proyección de vídeo la labor del creador francés."



Bourdin con una íntima relación con Charles Jourdan, considerado como pop-surrealista, comenzó trabajando para el Vogue Francés recomendado por Man Ray y Jacques Fath. Disco obssesion, color y tacones. Sexo, espejos y mucho trabajo editorial. Guy es un clásico que muchas firmas han retomado, al menos en aire estilístico. Tom Ford hizo una de las suyas en YSL, con una campaña muy a lo Bourdin, también Dolce & Gabbana. Me cito a mi mismo por que pueden encontrarlas en este post:

http://modaluegoexisto.blogspot.com/2009/03/inspiration-al-advertising.html


Habrá que visitar Madrid y no perder la expo, ya despúes les comento.


martes, 12 de octubre de 2010

Milano: the fashion truth about it


Milán, bien se dice que es una de las principales capitales de la moda, dicho que hace honor a la verdad, como también hace honor a la industria afincada de tejidos, diseñadores, piel y modo de vida de sus habitantes.

Doce horas, y el tiempo en contra es lo que me enfrenté al visitar por primera vez Milán, para ser honestos, mas que suficiente aunque me faltaron cosas por ver al detalle -si no se trata de trabajo que sería genial- pero me fui de ahí con el recorrido justo para entender tanto alboroto por el norte de Italia.

Desde la llegada a Stazione Centrale, una de las más bonitas que he visto, empecé con el pie derecho y directo a dejar el equipaje de la semana de descanso por Italia y sus ciudades, no puedes andar ahí con tremendo maletón, como tampoco no haber pensado que casualmente cerraba las vacaciones con el Milan Fashion Week en pleno apogeo.


Así que sin invitaciones a desfiles ni press pass, directo al Duomo a mi derecha y las pasarelas esponsorizadas por Canon a mi izquierda. ¿Prioridades?; caminemos rumbo a donde los Mercedes Benz hacían colas para dejar a sus invitados. Es que no tenía que pensar mucho.

A veces un minuto tarde en algún sitio puede que pierdas el instante que esperabas, o simplemente cambiar de rumbo en una calle puede evitar que conozcas detalles inesperados en una ciudad. Pero eso es suerte, y no es controlable. Lo que sucedió es que al cruzar la Avenida de Piazza del Doumo fue de las mejores bienvenidas a tierras milanesas. Ahí estaba yo, intentando cruzar cuando se me interpone un Mercedes negro y con chofer. Del asiento trasero baja una melena rubia, ondulada, larga y vestida de pies a cabeza de negro.



En un principio pensé que estabamos de broma, y no tuvieron que pasar más de dos segundos cuando comprendo que tengo enfrente a Franca Sozzani, Editor in Chief de Vogue Italia, la misma hablando por el móvil, con una invitación en la mano y caminando a sus anchas sin ningún tipo de pretenciones de celebridad haciendose camino hacia la puerta de los desfiles. Saqué cámara y corrí hacia ella para hacerme de imágenes del momento, qué probabilidades hay que yo llegando de Venecia, en plan turista, y dispuesto a curiosear por ahí, me encuentre en ese justo momento con una de las editoras de moda que más admiro, no solo porque en la Vogue Italia hace un trabajo que me fascina, sino porque la tengo ahí a escaso metro y medio.

Al hacerle un par de fotografías, me regaló lo mejor, voltear a la cámara - a pesar de las gafas- lo sabes, son de esos momentos que sabes que la otra persona te ha visto. Quité el visor de mi ojo, y solo pensaba qué buena manera de llegar a Milán y sus sorpresas.


Al cabo de un par de minutos, entró y yo me quedé ahí entre la multitud. Esto es lo que yo llamo estar en el momento y lugar adecuado.


Ahí estaba yo, en medio de colegas de profesión, fotógrafos, invitados, y solo miraba cómo iban vestidos. Sí es verdad, hay movida por Fashion Week, pero en general, no ví en toda Italia, salvo en Roma y en ciertos momentos y lugares, gente tán arreglada, es... no lo sé, un toque, puede que las chicas ni siquiera lleven el cabello arreglado en el metro, pero de minifalda y de tacones de diseñador seguro, educando el ojo puede ayudarte a sumar los euros invertidos en cada ítem.



Y así, con mi calendario bajo el brazo, seguí mi camino hacia el Duomo, cosa más fantástica debo decir. Quizá es más bello por fuera que por dentro. Así que ya estaba dos líneas al check list. Siguiente.

Recorrí la Vittorio Emanuele II, haciéndome camino hacia la Scala de Milán donde había una exposición de Coca Cola Light, - sí de botellitas customizadas- por diseñadores. Me hice de una en La Rinascente al intententar comer en la terraza, pero olvídalo, era esperar cola o irme a Vía Manzoni.

Dí un paseo por el almacén que tiene todo un departamento de diseño en la planta 0 que es increíble, todo, industrial, objetos hi tech, todo lo que el diseño haya tocado lo encontrarás ahí, con un restaurante- también de diseño- "junto con sus precios de diseño". Me perfumaron con Bang! de Marc Jacobs, que no me fijó nada bien, de hecho estuve haciendo lo posible para encontrar un lavabo y quitarme ese olor, el tema era lanzamiento por Fashion Week, el chico era mono así que lo dejé, sin embargo es una fragancia -especial- por decirlo de alguna manera.

Así que pues salí de Rinascente (volvería sin dudas y con dinero jaja) , y como no iba a estar cargando 12 botellas de Coca Cola por todo Milán, me quedé con solo una, Missoni, por tres euros en la planta de alimentación, y de paso unos caramelos de Baratti & Milano que me salieron más caros que nada. Pero donde fueras has lo que vieras. En fin.

La siguiente parada era el epicentro de Armani, en el número 31, donde de verdad, quien haya estado comprenderá todo lo que factura este hombre y la cantidad de cosas que puedes meter en un solo lugar. Todos los universos juntos, todas las líneas juntas, el Hotel, dos restaurantes, Armani Dolci y Fiori, librería y sección de gadgets.

Pues con chocolates bajo el brazo y un bolso vendido en beneficio para una asociación y por la Fashion's Night Out de Milán, cruzamos Manzoni para adentrarnos en Montenapoleone, otra contenedora de moda importante.

Pero antes hice parada estratégica para comer, era ya urgente, y sí realicé el cliché de toda la vida, pidiendo una cotoletta alla milanesa, me faltó el risotto que no encontré de paso, y bueno otra vez será... no será la primera ni la última vez que haya comido un buen risotto.

En fin... tiendas destacables. Maison Martín Margiela de Vía della Spiga, el Mega Dolce & Gabbana con un vídeo de Madonna y la nueva campaña en tamaño extra-grande y las tiendas Prada en cada esquina por universo. Olvidé apuntar la dirección exacta de la tienda Viktor & Rolf, sí la tienda al revés... pues ni preguntando pude llegar y es que no la ví a pesar de que seguramente pasé a lado de ella, que ahora viendo en mapas, es imposible que no me haya topado con ella. Pues hasta la próxima. Missoni y Fendi, Gucci y Roberto Cavalli con sus escaparates de aniversario.



Entrar a Prada ya es todo un espectáculo, en la tienda de zapatos femeninos, ahí estaban todas las señoras y jovenzuelas tomando champagne con modelos de camareros, probandose y quitándose con tanta gracia que me hizo pensar en lo mucho que sus maridos deben ganar para quedar en Prada con las amigas hasta salir borrachas.



Moschino con una reinterpretación del Charro Mexicano conoce a Coco Chanel, increíble, en serio, de lo mejor, [tenía más fotos de unos escaparates de Venecia donde está el modelo que aparece en la campaña de pubicidad; lo busco y lo posteo] y unos Converse by Missoni que había visto desde Roma y que no puedo sacar de mi cabeza para este invierno. 180 euros.


Por pura casualidad entro en una galería y descubro que en ese momento se estaba llevando a cabo el Who is on Next? proyecto creado por Altaroma en colaboración con Vogue Italia. Un concurso que impulsa los nuevos talentos del sector con 10 finalistas, 7 en pret a porter y 3 en accesorios.



Entre los nombres, Rosa Clandestino, Erkan Coruh, MSGM, Dmajuscule, Gail Sorronda, Bragia, Arnoldo][Battois, Jerome Rousseau, Claudio Montias y Elisa Palomino, esta última un gusto por que al leer el press release, descubro que es de Valencia, graduada del Central Saint Martins. Ya lo investigaré a fondo para ver que hace esta chica.


Sin más, cansado de patearme la ciudad, me dirijo a la estación de trenes directo al Malpensa, donde el terror comenzó con Vueling con retrasos de más de 3 horas. Lo típico. ¿¿¿Es esto acaso la última promesa del Low Cost????, no lo creo...



Mientras tanto, entre patatas para matar el hambre y coca light, quedé sentado por ahí leyendo el Vogue Italia en 3D, esperando regresar a Barcelona después de unas merecidas vacaciones, con un toque de moda al final y esperando regresar.

Misión Cumplida.

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