viernes, 26 de noviembre de 2010
MOSCHINO Senza Tempo
Estos tiempos han terminado, la moda por muy comprometida que parezca hoy en día, creo que tiene cero ambición política o social. No transmitimos como lo hacíamos anteriormente. No hay sonrisas, no hay más diversión, no mostramos a la persona, y consideramos al cliente como una estadística.
Signos de nuestro tiempo, y creo que tampoco vale la pena señalar o estigmatizar lo contemporáneo por que hemos avanzado hacia nuevos campos y la moda ha trasfigurado los mecanismos de aproximación hacia el público objetivo, o no, para fundar y fundirse en una imagen de marca global, ambiciosa y potente. Hoy en día tiene que ser así.
Moschino entra en resonancia con todo aquello que siento nostalgia por momentos, en moda también queremos sentir emociones, pero no solo a través de un cortometraje, o un spot de perfume, los desfiles se han convertido en la cosa más insufrible si no es por la ropa que a veces es espectacular, pero un desfile no creo que esté pensado para ser un showroom de productos, algo falta, o sobra o la industria se rehusa a ver. Al final tratamos con personas, conectamos con ideales e ideologías..., por eso al ver un desfile producto, es que no dejo de pensar que vender moda o vender detergentes, por más que me digan lo contrario, es prácticamente lo mismo, el mantra de toda la vida, producto, precio, plaza, promoción.
Franco tendría hoy en día 26 años de carrera con Moschino.
Diversión, eso es lo que necesitamos. Por eso sigo amando a Vivian Westwood y Jean Paul Gaultier. ¿Qué acaso son los únicos sobrevivientes?
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