All diaries should be like Slimane

Debo confesar que el trabajo de Hedi Slimane para el sistema moda en este siglo es fundamental.
El trabajo en la moda masculina se configura en un antes y después de Slimane, con esos trajes imposibles y camisas ceñidas estilo corsé para hombres.

Su trabajo versus Galliano, gira en torno a otros códigos estéticos, y siempre he creído que si antes en Dior con Dior la mujer y el hombre vivían en planetas distintos, el Dior Slimane y el Dior Galliano conectan en el mismo imaginario de la marca, esta idea de la primacía del cuerpo, de la sexualidad, del objeto, del ser que busca ser poseído y admirado. Si ámbos manifestaron su más pura rivalidad y entre tanto chismorreo, terminaron por cansar a Slimane, creo que más que ser un error, manifiestan el deseo del creativo por emigrar a nuevos horizontes, nuevos puntos de expresión y considero correcto que nos dediquemos a lo que se nos pegue la gana.



En este nuevo caminar de varios años, y el conocimiento de todo el sector de la pasión de Slimane por la fotografía, no puedo sino hacer mención al diario fotografico que ha desarrollado de manera contundente y conveniente para hacer uso del mundo moda.

La estética se mantiene pero el contenido se metamorfosea en nuevos discursos que el creativo pone sobre la mesa, y, más que parecer creativo-fotógrafo estilo Lagerfeld, Slimane hace del material un filtro que a mi parecer, gira de lo autorial, a lo autobiográfico y referencial, una apuesta hacia las formas de expresión con mirada crítica, en algunos casos, como a meros caprichos mediáticos en otros, y eso es lo interesante del trabajo.



Si la moda es tan volátil y tan circunstancial, qué mejor que un registro de esta efimeridad.

Larga vida a Hedi Slimane, con la aguja, el lápiz o el lente. Qué haga lo que quiera, el ya pasó a la historia de la moda.