The next empty chair

Expectativas, deseo y anhelo son circunstancias que no siempre desencadenan en una serie de eventos favorables o afortunados.

Si algo me ha enseñado la vida es guardar las expectativas en un cajón y lanzarnos hacia lo desconocido. Total, al no tener ningún antecedente ni punto de comparación de algo, no tendríamos decepciones, tragos amargos y caídas vertiginosas.


Lamentablemente las expectativas son formadas, nos guste o no, en determinados campos, con determinadas habilidades y momentos históricos. Un pintor vive aterrorizado cuando se ha alejado del mercado y decide regresar. ¿Los curadores recibirán lo que esperan?, ¿La prensa será menos sanguinaria ésta vez?, el mundo entero observa mis pasos, las elecciones que he hecho para presentar algo que quizá no esté a la altura de las circunstancias.
Qué drama. Drama dramononón!


Pobre Alessandra Facchinetti, tan poco le duró el encanto, y es que ésta, es otra de las jugadas del mundo de la moda que no puedo entender. Cambiamos de director artístico (no hay título que considere más pretencioso en moda), como de rotación de producto semanal. Y a mi humilde opinión debido a que no hay más que revisar los reportes de ventas para tomar una decisión fría y calculadora. Business are business my dearest, y si no hay negocio, muy elegantemente: a la puta calle.

Y es que el problema no creo que resida en si a la Facchinetti le quedó grande el papel al frente de Valentino, está claro que sería absurdo y completamente fuera de lugar hacer comparaciones. Valentino Garavani es Valentino, un pilar de la moda italiana, un ícono viviente, que me da la sensación que les urge matarlo con títulos como: El último emperador, el documental de su vida estrenado hace unas cuantas semanas. Que no se si me gusta o me enferma y me saca de mis casillas. Ahora explicaré por qué...

Y es que me parece fabuloso los homenajes, los aplausos, el ego y la gloria de quienes llevan una vida luchando por contruir una empresa. Lo que me parece curioso y altamente discutible es que por una parte se sabe que Valentino ya no es Valentino.


Vamos por episodios. La despedida del 2008 fue brutal, mediática, esperada, teatral, rojo pasión y mucho rojo Valentino. La puesta en escena fue fantástica y me parece de sabios retirarse en el justo momento, al igual que vender en el momento adecuado.



El caso y expendiente Valentino es un imperdible del sistema, feminidad absoluta, maestría en aguja, un public relations nato. Un talento, una habilidad y un business partner: Giancarlo Giammetti.



Muchos años al servicio de la moda, entre escándalos, celebrities y rayos uva. El duo rompió "la norma" y llevó el diseño italiano hasta los santísimos desfiles de Alta Costura Parisinos. Se dice que nunca hay que mezclar placer con negocios, pero al parecer para Valentino y Giancarlo resultó en una carrera llena de satisfacciones.


Y como a mí me gusta ser preciso, no puedo con mis nervios cuando los titulares de la prensa y leo algunas críticas sobre su partida de la moda: "La Alta Costura ha perdido su último gran emperador", "un fiel guardian, el último!", "ha dejado un poco huérfano al mundo de la moda". Por favor!, ¡no lo maten antes de tiempo!, por que me sorprenden las reacciones y es cuando me pregunto, si Valentino era el último GRAN EMPERADOR y mito sobreviviente de la Haute Couture, Giorgio Armani con Privé es qué, ¿NADA?, ¿Lagerfeld para CHANEL tampoco?, ¡¿Lacroix?! ( el peor tratado), Jean Paul Gaultier, Givenchy, por mencionar los más conocidos, del selecto grupo de la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne, que ahora muy Valentino santificado sea tu nombre, pero que antes los fraceses defendían y defienden el TRADEMARK ALTA COSTURA JUST IN FRANCE.

Y claro tuvieron que doblar las manos ante el trabajo de Versace Atelier en su momento, y Valentino otorgándoles el título de membre correspondant, como si estuviéramos todavía en la sociedad cortesana. Cuando leí el título del documental, es obvio que hace guiños hacia el pasado Romano, pero, ¿no es injusto y un poco soberbio para sus contemporáneos?, Lagerfeld, Armani y Valentino, los tres pasan de los 75 años seguro, y pues con tanta expectación mediática, yo con estas líneas pido un poco de matiz, y estamos de acuerdo en que es el último italiano con tradición de Alta Costura pero qué más da a estas alturas, si también Prada es Prada, le guste o no a París.


Lo que me sorprende y veo clarísimo es que están teniendo dificultades para desgligar Valentino Garavani (Rey del Bronceado) de Valentino Fashion Group, ya que, como lo mencioné al principio, Valentino ya no es lo que era.

La historia va asi: Grupo Marzotto compra Valentino en el 2002 con deudas y aproximadamente por 200 millones de dólares, y luego entre ventas, pérdidas, entradas y salidas de los ejecutivos un desastre.

Valentino al frente de la dirección y luego con que me voy, que no me voy, que vendo, que no, Permira, compra la mayoría del holding en una transacción en el 2007 por el total de 5,343 millones de Euros, según su reporte de ese año.


Y es que aquí es cuando yo me pierdo totalmente entre la bolsa, los holdings y los inversores: la moda es el nuevo ajedrez o acaso el viejo Monopoly.

Una parte de Grupo Marzotto se convirtió con la compra de Permira en Valentino Fashion Group, que se dice por algunas declaraciones de Paola Marzotto, el nombre se lo dieron por la historia que aportaba el Sr. Garavani, ya que el corebusiness fue y seguirá siendo sin duda, Hugo Boss y todas sus líneas

El equipo VFG está formado por Valentino y sus líneas hermanas, Hugo Boss y sus líneas mellizas, Marlboro classics (OMG I can't believe it), M Missoni, Lebole, Oxon, Portrait y la gran sopresa Proenza Schouler con el 45% de participación.

Que fuerte me parece, un holding dentro de un holding, se los dije que es confuso.


Y cómo no va a serlo, después de todo lo que se ha armado, todos siempre están en busca del motor creativo perfecto, que si Oliver tuvo roces con Puig y Nina Ricci, que la Alessandra echada de Gucci y ahora de Valentino, que te cambio uno por otro, los pobres diseñadores son el chivo expiatorio de los inversionistas, esto es como las cartas de los jugadores de fútbol, metes goles: te quedas; No vendes un churro: adiós.


Qué dificil se pone todo mundo y debo reconocer que no me extraña nada de esta industria, pero es un problema que tarde o temprano sufrirán algunos.

Por ejemplo, así como Valentino quien ERA y ES LA MARCA per sé, Giorgio Armani está en la misma situación. Mucha gente se ha cuestionado si el Imperio Armani se verá muy afectado el día en que el diseñador muera, y es que al igual que Valentino, su persona y su personalidad están ligados al ADN de la marca, por eso es conflictivo Valentino como marca liderada por otros, estando Garavani aún vivo.


La marca sufre una pérdida, pero aún así tomará forma, y espero sinceramente que tengamos Casa Valentino para rato ya que entre los cambios de personal y la investigación por evasión fiscal a Giancarlo y Valentino mientras esperamos que el documental sea estrenado en España, yo no sé en qué terminará este cóctel muy a la italiana.


Por eso, la expectativa no es nuestra mejor amiga en las pasarelas de Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Picciol, los antiguos diseñadores de complementos de la marca, porque diseñar un bolso no es igual a un vestido de los Óscares y simplemente hay que dar un voto de confianza a la propuesta a ver cómo evoluciona. ¡Vaya trabajo!

Si no funciona, es problable que el Holding siga en busca de otros, hasta que el Rojo Valentino esté colocado en su sitio.